Ir al contenido principal

Cuando quiero llorar no lloro

Las lágrimas son el alivio del corazón, por medio de ellas podemos drenar emociones acumuladas y canalizar lo que sentimos, pero para algunas personas no resulta tan sencillo como para otras.

Respirar, estornudar, sudar y toser son respuestas fisiológicas que nuestro cuerpo produce para liberar toxinas innecesarias. Estos procesos deben fluir libremente y sin obstáculos, de lo contrario puede ser perjudicial tanto para nuestra salud física como para nuestra estabilidad emocional.

Lo primero que debemos revisar cuando notamos que tenemos dificultad para llorar es cómo andamos de salud, es importante consultar a especialistas de medicina, ya que en algunas ocasiones puede ser una consecuencia de irregularidades en la tiroides o presencia de síndromes autoinmunes como el Síndrome de Sjögren, el cual produce resequedad en las glándulas lacrimales o en el glóbulo ocular, para el cual existen tratamientos muy sencillos que le ayudarán a mejorar pronto. Importante recuerde consultar a su médico de cabecera y no automedicarse.

Otras veces; la mayoría de los casos en realidad, la dificultad para el llanto tiene su punto de partida en una mala gestión de nuestras emociones. Solemos pensar que no podemos llorar porque “no sentimos nada” frente a las situaciones que pasan a nuestro alrededor, ni rabia, ni tristeza, pero el significado de esto es todo lo contrario, muchas veces pasa porque sentimos demasiado y nuestro cerebro como mecanismo de defensa ante el dolor o el sufrimiento se bloquea, lo que hace que nos sintamos inertes frente a los estímulos externos.

No poder llorar o no poder experimentar emociones con normalidad es un síntoma de depresión, ante esto es importante tomar conciencia de ello y buscar identificar el origen de aquello que puede estarlo generando.

Observar nuestra emocionalidad con detenimiento, darle nombre a lo que nos pasa, identificar de dónde proviene el bloqueo, cuál fue su punto de partida, hace que podamos abordar la situación desde lo racional y así plantear soluciones.

En otros casos la inhibición del llanto se produce como consecuencia de tabúes sociales, se cree que una persona que llora es débil, frágil y nos han infundado socialmente rechazo a demostrar vulnerabilidad ante los demás, por lo que muchas personas se sobre exigen siendo siempre fuertes, valientes y no demostrar sus sentimientos.

La fragilidad es lo que nos hace humanos, somos seres que requieren ser cuidados y protegidos desde que estamos en la barriga de mamá hasta que estamos en la edad adulta. No debemos sentir vergüenza de nuestros sentimientos, todo lo contrario, honrar como amor y paciencia lo que sentimos es parte del camino.

Tampoco debes obligarte a llorar, si las lágrimas no afloran en el momento que quieres, espera, ya aflorará en el momento en el que sea indicado sin presiones.

Deja fluir tu energía, podemos ayudarte a gestionar tus emociones, estamos para ti.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Qué hago si mi pareja se niega a hacer tareas en el hogar?

Muchas personas nos han escrito comentando que tienen dificultad para hacer que sus parejas se involucren en las tareas domésticas y que esto les hace sentir cansancio, esta situación es muy común, sobre todo en una sociedad como la nuestra, latinoamericana, donde el machismo hace que estas labores recaigan en los hombros únicamente de las mujeres. Una pareja es un equipo, depende del trabajo en conjunto y de tener bien claros los acuerdos para regirse. Cuando no se establecen estos pactos desde el principio, la balanza se desequilibra y el amor tiende a desgastarse, allí es donde vienen los conflictos. En muchos de los casos una de las razones para que una de las dos personas sea la que lleve mayor peso en las tareas del hogar es el que esta puede que no trabaje en la calle o gane menos. He escuchado también a algunos hombres decir que llegan cansados a casa y por eso no desean hacer tareas. Ante esto es importante que tengamos en cuenta que las tareas del hogar también son un trabajo...

Seguridad emocional para niños y niñas

A pesar de su gran capacidad de adaptación, niños y niñas también son susceptibles a experimentar ansiedad o estrés en situaciones complejas. En la actualidad los chicos y chicas han visto sus rutinas habituales interrumpidas, el regreso al colegio o los días vacacionales representan periodos muy marcados en la infancia. Es normal que ante estos cambios repentinos pueden aparecer emociones como el miedo y la frustración. Por eso es importante que padres, madres y responsables cuenten con las herramientas indicadas para afrontar por medio de la inteligencia emocional los cambios. Una manera de trabajar la ansiedad infantil es establecer rutinas amigables, que incentiven al chico o a la chica a mantener un horario. Esto le ayudará a bajar la ansiedad y mantener la mente concentrada en actividades de las que además sacará provecho a largo plazo, como los ejercicios físicos o una alimentación balanceada a sus horas. Es importante evitar saturar al niño o...

Que el MIEDO no se convierta en PÁNICO.

“No hay que temer nada en la vida, sólo tratar de comprender”. Marie Curie Las situaciones inesperadas nos producen sensación de inestabilidad ante lo que desconocemos y no podemos controlar. El cerebro está configurado para actuar en resguardo de nuestra vida, ante una mínima advertencia de peligro nos estimula a buscar refugio, retroceder o nos paraliza para evitar que nos expongamos. El miedo puede ser un gran aliado si sabemos cómo gestionarlo, utilizando la asociación emocional que te permita canalizarlo, este se convierte en una herramienta potencial para la transformación. El miedo nos lleva a actuar con cautela, a ser precavidos, a tomar previsiones, a pensar en estrategias. También el temor es la representación de una oportunidad para cambiar algo que no anda bien, para renovarse o para descubrirnos. Pero cuando el miedo se apodera de nosotros y dejamos que el pánico tome el control, perdemos toda oportunidad de que la transformación suceda, colapsamos, se...