¿Sientes que lo que estás viviendo es superior a ti y que no podrás superarlo?, ¿constantemente acudes a experiencias pasadas para juzgar el presente?, ¿piensas que las cosas te pasan sólo a ti?, pues te recomendamos la siguiente lectura para descifrar algunas malas pasadas que tu mente te podría estar jugando.
Nuestra mente es un poderoso vehículo, pero como toda máquina no es nada sin la conducción adecuada. Se requiere de estrategias claras, determinación y entrenamiento constante para aprender cómo manejar nuestros pensamientos, de lo contrario es como ir con un Ferrari a 250 Km por hora con las luces apagadas en mitad de la noche por una cumbre borrascosa.
Uno de los autoengaños más frecuentes que debemos tener en cuenta para saber gestionar de la manera adecuada es aquel de la auto subestimación, somos los jueces más crueles, los verdugos más inclementes con nosotros mismos. Es frecuente que las personas se propongan metas que no logran llevar a buen término porque en el trayecto su propia mente les hace un boicot haciéndoles creer que no están lo suficientemente preparados para hacerlo o que simplemente no son capaces de lograrlo, lo cual no es cierto en la mayoría de los casos o en casi todos.
Como personas, somos seres con potencialidades inimaginables, nuestro cerebro y cuerpo es capaz de llevar a cabo innumerables tareas aún cuando estas representen grandes desafíos, la cuestión está en creer con mucha seguridad que de verdad somos capaces de hacerlo, porque sencillamente lo somos.
Decir “yo no puedo” o “yo no sé”, le envía un mensaje negativo a nuestro cerebro y este por condicionamiento obedece ante esta indicación, asimilando que es imposible llevar a cabo lo propuesto, por lo que deja de esforzarse, crear o intentar.
Otra artimaña común es juzgar el presente en base al pasado. Tendemos a generalizar, pensar que todo siempre funciona de la misma manera, que si tuviste una mala experiencia amorosa entonces siempre será igual. Esta actitud nos saca del presente, además nos lleva a vivir desde los prejuicios, midiendo a todo y a todos con la misma vara, cuando en realidad cada persona es diferente y nunca una situación se parece a la otra, aunque existan similitudes.
Y por último están aquellas personas que asumen todo lo que les pasa desde lo personal, como si el universo les tuviera una venganza preparada y todo lo que pasa es porque ellos lo merecen. Esta conducta habla de una baja autoestima, además de una percepción limitada que no mira más allá, las cosas pasan porque deben pasar, tienen que ver con las decisiones que tomamos o dejamos de tomar, son causa y consecuencia, pero no un asunto personal, no saquemos las cosas de contexto.
Reconócete en tus capacidades y observa tus debilidades no para flagelarte con ellas sino para crecer junto con ellas, sabiendo cuáles son tus límites podrás idear mejores estrategias para vivir.
Vive el aquí y el ahora, es el mejor lugar donde podemos estar, percibe el mundo en su justa medida y evita caer en extremismos, cuando sientas pánico busca tu centro emocional, reconoce lo que sientes y pregúntate: ¿realmente esta situación es tan grave?, ¿qué importancia tiene con respecto a otras situaciones?, ¿qué es lo peor que puede pasa y si pasa qué puedo yo hacer?, de esa manera bajaras la ansiedad habiendo repasado todas las posibles opciones y estará más preparado para afrontarlas.
Aprecia al mundo sin juicios, date la oportunidad de conocer a quienes te rodean sin señalar, recurre a las experiencias pasadas sólo para aprender de los errores cometidos pero no para revivirlas constantemente, recuerda que cada día es único y tienes la oportunidad de vivirlo siempre de una manera diferente.
Conoce algunos ejercicios de educación emocional para alcanzar tu estabilidad, puedes escribirnos cuando quieras, estamos para ti.
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