Cuidar de nosotros mismos y cumplir con las recomendaciones que los especialistas de la salud han emanado es ya un paso importante para cuidar de los demás. Sin embargo, si deseas algo más siempre habrá alguna manera de hacerlo.
Una forma de ser útiles a los demás es practicar la escucha activa y respetuosa, si alguien se acerca preocupado intenta prestar atención a sus palabras sin juzgar o recriminar, deja que se desahogue libremente, eso le ayudará a liberar tensión y le estarás ayudando a canalizar sus emociones.
Brinda tu apoyo a aquellos que lo necesiten, sobre todo si son personas mayores, con discapacidad o vulnerabilidad, eso sí, no te exijas más de lo que realmente puedas dar, no todo podrás solucionarlo, debemos tener mesura.
Ten cuidado de la información que compartes con los demás, la sobre exposición a noticias fuertes o alarmistas puede afectar las emociones de las demás personas y causarles inestabilidad.
Usa tus habilidades y dones para inspirar a los demás, si sabes cantar, dibujar o pintar, por ejemplo, permítete regalar a los demás aquello que te ha sido dado.
Si alguien te pide ayuda, antes de decir que no, piensa en alternativas viables que estén en tus manos que le puedan servir, si no encuentras ninguna, delega la ayuda en otra persona u organización que pueda encargarse, siempre habrá algo o alguien que pueda hacerlo.
Recuerda que pequeños detalles hacen grandes diferencias, cada uno de nosotros somos seres especiales capaces de dar amor y una acción positiva mínima puede desencadenar millones de acciones positivas en cadena.
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