María y Juan llevan dos largas horas recorriendo la carretera,
de repente María rompe el silencio y le pregunta a Juan
-¿tienes sed?-,
Juan concentrado en el volante contesta con un simple –no-.
Dos horas después María increpa a Juan y le hace reclamos que él sorprendido no sabe de donde provienen, trata de mantener el control del vehículo mientras esquiva los manotazos de María.
¿Qué produjo en el enfado de María?
Estaba molesta porque Juan no se detuvo a buscar agua cuando ella le preguntó si él tenía sed, la verdad es que era ella realmente la que deseaba agua.
Cuánto se hubiese ahorrado María con tan sólo comunicarle a Juan directamente que ella tenía la necesidad de beber agua, en vez de eso decidió suponer lo que él según ella supondría.
Asumir y suponer son los ingredientes esenciales del arte de crear dramas innecesarios, donde nadie desea estar ni necesita estar.
Por más aguda que sea nuestra intuición no llegaremos jamás a saber lo que piensan exactamente los demás o lo que realmente desean, ni tampoco lo que están planeando.
La comunicación es la base de un desenvolvimiento saludable y amigable con quienes te rodean, ¡comunícate!, haz preguntas concretas y objetivas, preguntar es la clave de la sabiduría, aclara todo al extremo.
Nada más lejano que suponer que el mundo piensa igual que tú, la mayoría de las veces no lo hacen.
Escúchate y escucha a los demás, percibe las cosas a la dimensión que se presentan, ni más ni menos y recuerda que cuando asumimos el rechazo a menudo es porque nos hemos rechazado a nosotros mismos
de repente María rompe el silencio y le pregunta a Juan
-¿tienes sed?-,
Juan concentrado en el volante contesta con un simple –no-.
Dos horas después María increpa a Juan y le hace reclamos que él sorprendido no sabe de donde provienen, trata de mantener el control del vehículo mientras esquiva los manotazos de María.
¿Qué produjo en el enfado de María?
Estaba molesta porque Juan no se detuvo a buscar agua cuando ella le preguntó si él tenía sed, la verdad es que era ella realmente la que deseaba agua.
Cuánto se hubiese ahorrado María con tan sólo comunicarle a Juan directamente que ella tenía la necesidad de beber agua, en vez de eso decidió suponer lo que él según ella supondría.
Asumir y suponer son los ingredientes esenciales del arte de crear dramas innecesarios, donde nadie desea estar ni necesita estar.
Por más aguda que sea nuestra intuición no llegaremos jamás a saber lo que piensan exactamente los demás o lo que realmente desean, ni tampoco lo que están planeando.
La comunicación es la base de un desenvolvimiento saludable y amigable con quienes te rodean, ¡comunícate!, haz preguntas concretas y objetivas, preguntar es la clave de la sabiduría, aclara todo al extremo.
Nada más lejano que suponer que el mundo piensa igual que tú, la mayoría de las veces no lo hacen.
Escúchate y escucha a los demás, percibe las cosas a la dimensión que se presentan, ni más ni menos y recuerda que cuando asumimos el rechazo a menudo es porque nos hemos rechazado a nosotros mismos
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