
Las palabras conllevan un carácter subjetivo, son las descripciones habladas o escritas del imaginario personal, por eso no debemos olvidar que estas parten del interior de un yo tan humano y contradictorio como el nuestro.

¿Tiene algo que ver con algo que hayas hecho tú?
Ahora imagina que el mismo compañero de trabajo acaba de descubrir que ganó la lotería, consiguió un nuevo cachorro o tuvo el encuentro íntimo más increíble de su vida y se muestra más astutos y complementario que de costumbre.
¿Crees que esto tiene algo que ver contigo?
Sólo te hará daño aquello a lo que tú se lo permitas, tienes la capacidad de elegir y discernir que entra en tu cerebro, tus pensamientos y emociones.
Niégale el paso a los comentarios destructivos, al fin y al cabo son producto de la sensibilidad de un otro u otra movido por su propio reflejo interior, por sus propias frustraciones y malas experiencias.

No tomes nada a pecho, todo se trata de ti y la voz en tu interior, si te ofrecen veneno no lo bebas, esquiva la copa cordial y continua tu camino.
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