Las personas somos espejos, reflejos del interior en movimiento, por eso cuando alguien nos señala o nos juzga, seguramente sea por aquello mismo de lo que huye dentro de sí mismo, un mecanismo de resguardo ante la vulnerabilidad propia.
Las palabras conllevan un carácter subjetivo, son las descripciones habladas o escritas del imaginario personal, por eso no debemos olvidar que estas parten del interior de un yo tan humano y contradictorio como el nuestro.
A menudo permitimos que las opiniones que otros tienen sobre nosotros nos afecten o suponemos que la mayoría de las cosas nos refieren directamente y en verdad no es así. Imagina que tu compañero de trabajo tiene un accidente automovilístico de camino al trabajo, tuvo una pelea con su cónyuge la noche anterior o no durmió bien y muestra un ánimo poco amable contigo.
¿Tiene algo que ver con algo que hayas hecho tú?
Ahora imagina que el mismo compañero de trabajo acaba de descubrir que ganó la lotería, consiguió un nuevo cachorro o tuvo el encuentro íntimo más increíble de su vida y se muestra más astutos y complementario que de costumbre.
¿Crees que esto tiene algo que ver contigo?
Sólo te hará daño aquello a lo que tú se lo permitas, tienes la capacidad de elegir y discernir que entra en tu cerebro, tus pensamientos y emociones.
Niégale el paso a los comentarios destructivos, al fin y al cabo son producto de la sensibilidad de un otro u otra movido por su propio reflejo interior, por sus propias frustraciones y malas experiencias.
Escucha tu voz interna, medir tu camino en base al trayecto de alguien más limita tus posibilidades, los paso deberán ser tuyos para hacer firme cada aprendizaje. Se precavido también con lo que te digas a ti mismo y a ti misma, algunas veces dependiendo de nuestro estado de ánimo solemos dejarnos llevar por pensamientos propios que pueden ser fugaces, ten la paciencia para discriminar entre lo efímero y lo perdurable.
No tomes nada a pecho, todo se trata de ti y la voz en tu interior, si te ofrecen veneno no lo bebas, esquiva la copa cordial y continua tu camino.
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