Hace unos días una usuaria de Facebook me preguntó que,
¿Qué pasaba con las personas que lloraban por todo?,
pues lo primero que debemos saber es que no hay nada malo en llorar y que expresar nuestras emociones no sólo es recomendable sino absolutamente necesario.
Vivimos en una sociedad que no da tiempo para sentir, ajetreados cada día, siempre pensando en lo elemental dejamos de lado lo sustancial.
Los parámetros que marca el mercado nos ponen cada vez más alta la barandilla y nos vuelve más competitivos.
En medio de un caos así, el mostrar rasgos de aparente debilidad o sentimentalismos es visto como incapacidad o fragilidad.
Por eso vivimos con los sentimientos anudados en la garganta, el corazón, el estómago o los riñones. Nada peor para la salud que el guardar resentimientos o dolores mal curados.
Llorar es una reacción física reflejo de un estado emocional.
Así como ante la entrada imprevista de una partícula de polvo en la nariz estornudamos, de igual manera cuando en nuestra mente se producen emociones fuertes necesitamos drenar la energía acumulada de una manera física y es allí cuando se producen las lágrimas.
Llorar alivia la tensión, permite que nos desahoguemos y así bajan nuestros niveles de dopamina y adrenalina, haciendo que nuestro sistema nervioso central recobre la irrigación de sanguínea, descongestionando nuestras conexiones neuronales.
Como en todo en esta vida, el exceso trae consecuencias, si se abusa del llanto y se permanece por largos periodos en el sufrimiento, tendremos que requerimos ayuda especial para afrontar esa condición.
Aunque en muchos casos podremos advertir cuando ha llegado el momento de decir “¡Ya basta! Hasta aquí debo llorar”.
Es importante que sepas que no tienes porque siempre demostrar que eres fuerte o que puedes con todo, es natural que sientas en algunos momentos vulnerable e indefenso, eso no te merma en tus potencialidades, todo lo contrario, te muestra tus limites y te permite planificar mejor tus estrategias en base a ellos.
Olvida lo que piensen los demás y llora como desees hacerlo, muchas veces en situaciones difíciles colectivas donde la gente se reprime, se sentirán en confianza para hacerlo después de ver a alguien llorar y de esa manera podrán liberar tensión.
Si llegas a sentir episodios crónicos de llanto no dudes en pedir ayuda de especialistas.
Contáctanos podemos ayudarte a encontrar la mejor herramienta para ti.
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