¿Cuántas personas conoces que en la primera de cambio son poseídas por sus emociones y pierden el control de manera irremediable? De seguro te faltarían dedos de las manos para contarlas. Es que nadie nos enseña a manejar nuestras emociones, nuestras escuelas aún no han incorporado la educación emocional como una herramienta necesaria para que las personas puedan afrontar sus experiencias interiores sin afectar su desarrollo exterior. Cuánto sufrimiento podemos ahorrarnos con tan sólo aprender a observar, nombrar y jerarquizar nuestras emociones para vivirlas sin que ellas se apoderen de nosotros. Nuestras emociones están allí por algo, no se trata de eliminarlas o hacer como si no existen, eso es un grave error que cometen muchos, desestiman la importancia que tienen nuestras experiencias psicofisiológicas, prefiriendo tratar se preocupan sólo de recetar largas listas de pastillas que terminan convirtiéndose en otra atadura para la persona. Del estudio d...
Proyecto altruista que surge de la necesidad de superar el analfabetismo emocional tan abundante en la sociedad contemporánea.