¿Es igual el dolor que el sufrimiento?
Cuando nuestro organismo recibe una lesión física como una ruptura interna o una herida externa, este genera una respuesta biológica necesaria para alertar a nuestro sistema nervioso central la existencia de la nueva situación irregular. En ese caso el dolor es la respuesta natural y física que nos permite saber que dicha lesion o situación de peligro existe, nos alerta y genera inmediatamente mecanismos de defensa para contrarrestarlo.
Por otro lado situaciones de índole emocional, como la perdida repentina de un familiar, la ruptura imprevista de una relación amorosa o un inesperado despido laboral pueden generar también dolor tanto físico como emocional.
Si no contamos con las herramientas materiales y emocionales necesarias para afrontar las nuevas situaciones y crear a partir de las amenazas oportunidades, de los riesgos oportunidades es muy probable que pasemos a una fase de desesperación, angustia o sufrimiento.
El sufrimiento es una cárcel autoimpuesta, no ofrece ningún beneficio y no tiene ningún propósito útil en nuestras vidas. Volver una y otra vez a un recuerdo que nos produce dolor no ancla en el pasado, difumina la posibilidad de avanzar y retrasa nuestro empoderamiento.
Es normal sentir dolor en algún momento de nuestra vida, pero quedarnos a vivir con él por siempre entre pecho y espalda poco a poco termina por generar malestar físico ademas del emocional. Muchas enfermedades son consecuencia de situaciones adversas no resueltas en nuestra vida; pero,
¿Podemos elegir vivir sin sufrir?
Si, tu puedes decidir hasta qué momento pasas del sufrimiento al aprendizaje y de este a las nuevas vivencias. tu y nadie mas que tu, tiene el poder de asumir y aceptar el dolor para transformarlo a través de las inteligencia emocional en combustible de vida, a continuación algunos tips que te ayudaran a superar el sufrimiento:
1. Mira la gotera en casa para cubrirla
Para poder resolver un problema es vital reconocer que se tiene uno, nadie que sienta que está bien tal como está, sufriendo, podrá superar esa situación. El sufrimiento constante no es normal sino se asume como una circunstancia transitoria en la vida. Asumiendo esto se da el primer paso hacia la liberación de ese sufrir. se honesto contigo mismo y podrás serlo con los demás.
2. Llénate de amor a ti mismo
A veces creemos de manera equivocada que el amor debe sernos dado del exterior, dejamos de lado el autoamor, quien no se ama a si mismo no puede dar amor a nadie más, queremos, cuidamos, escuchamos, entendernos a nosotros mismo, nos permite estar más preparados ante situaciones difíciles, quien se quiere no se permite sufrir eternamente.
3. Silencia el exterior y enciende el interior
Muchas personas puede que no entiendan tu sufrimiento y que te transmitan sus propias inseguridades, por eso es importante que no prestes más atención a todo lo que te digan de lo que te escuchas a ti mismo. Deja que tu voz interna hable y préstale oídos con profundidad, allí se encuentran las respuestas entorno aquello que te produce sufrimiento.
4. La soledad es relativa
Nunca se esta solo realmente, si miramos con atención a nuestro alrededor siempre hay alguien a nuestro lado que está presto para ayudarnos y aunque estuviéramos solos, es una situación más en la vida, momentánea, circunstancial, en la soledad también hay aprendizaje si te fijas bien, es la oportunidad para dedicarle mayor atención, mayor cuidado, para compartir contigo, salir contigo y vivir contigo mismo.
5. Toma las riendas de tu vida
Renuncia al remordimiento, a los pensamientos pesimistas, toma decisiones, ejecuta, planifica y actúa, con un paso a la vez es suficiente para comenzar. A veces pensamos que las cosas malas sólo nos pasan a nosotros, que es un castigo por algo que hemos hecho cuando verdad es que de eso se trata la vida, de un subir y bajar constante, empoderate en la adversidad, toma ritmo de tu día a día. Lleva a cabo actividades que te hagan feliz, haste un proyecto y buscarlo, no ceses hasta alcanzarlo, de esta manera no encontrarás un sentido a tu vida y una razón para abandonar el sufrimiento emocional.
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